El barro es uno de los materiales más antiguos trabajados por el hombre. A partir de un amasijo de arcilla y agua que se deja secar y se cocina en un horno, se crea uno de los revestimientos rústicos más atractivos y cálidos.
Las baldosas de barro o de terracota se caracterizan por su porosidad, esto es, absorben con facilidad cualquier tipo de líquido, lo que las hace muy vulnerables a las manchas. No sólo absorbe los líquidos con rapidez, sino que pierde humedad fácilmente, lo que provoca deterioro en el color y en la resistencia del revestimiento. Para solucionar éste y otros problemas de mantenimiento, no hay nada como aplicar un tratamiento adecuado cada cierto tiempo.
Para nuestros tratamientos de limpieza y protección contamos con las mejores técnicas y maquinaria, además de productos de la máxima calidad, como son los de la gama Monestir. Sólo con esta combinación es posible conseguir los mejores resultados para que puedan disfrutar de su barro terracota en toda su riqueza y por mucho tiempo.
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